INMOVILIDAD EN LA ENTRADA Y SALIDA DE MANIZALES

Un poco de Historia

El desarrollo de la movilidad en la capital caldense ha sido, como muchas regiones del país, también tocada por el comercio y la globalización, pero a diferencia de las demás, la ciudad se ubica en el llamado “triangulo de oro”, que hizo que pasara con el tiempo de región solitaria, a punto estratégico y central en términos comerciales para las tres principales ciudades de Colombia: Bogotá, Medellín y Cali, de las cuales se encuentra a 290 km, 180 km y 384 km respectivamente.

Manizales paso de la arriería, con varios miles de mulas, bueyes y caballos, al cable aéreo con destino a mariquita, navíos en el Cauca y Magdalena, y el Ferrocarril de Caldas que 32 años a partir de 1927, unió a Manizales con el rio cauca, el ferrocarril del pacifico y el mar, del cual aún se conserva la cúpula y algunos vagones en la Universidad Autónoma de Manizales como recuerdo de tantas cargas transportadas.

En la década de los 60 se desintegra el “Gran Caldas” conformado por Caldas, Quindío y Risaralda, y empieza una actitud comercial mucho más activa en la región, el uso del Jeep, el Willys y “la chiva”, como maneras de expansión de la comunidad rural hacia el casco urbano.

Todo este fenómeno histórico de la ciudad muestra como desde sus inicios ha sido reconocida como zona comercial indispensable para el país, hecho por el cual su movilidad da relevancia a este tema.

Turismo

La ciudad con sus aproximadamente 386.931 hab. (DANE (proyección 2009)) Cuenta con 3 avenidas principales (Avenida Santander, Kevin Ángel y Paralela) y la Panamericana, parte de la Autopista del café, las cuales son hasta el momento apenas suficientes para los habitantes, pero que se quedan cortas en temporada invernal y de afluencia turística donde se producen normalmente derrumbes y accidentes causados por falta de señalización en algunas de las bastante curvilíneas zonas que abundan en la región.

Una de las conductas típicas en cuanto a movilidad de la ciudad de Manizales es el turismo en los meses de diciembre y enero con motivo de fin de año y ferias, época que coincide con temporada de precipitaciones y por lo tanto abundancia de derrumbes y aluviones que, aunque estos se dan durante todo el año sin previo aviso, son más frecuentes en este tiempo ; es notorio en esta temporada en especial, el aumento de automóviles de placas de varias ciudades del país, teniendo relevancia los automóviles del departamento de Antioquia y Bogotá quienes se encuentran, como se menciona anteriormente, a distancias favorables de la ciudad.

Esta conducta de las hermosas montañas caldenses tubo en 2008 varios sucesos adversos debido a que este problema de deslizamientos es uno de los sucesos más acentuados en las vías a Bogotá y Medellín (vía Manizales-fresno en el kilómetros 11 y 50 y cerca de La Pintada), y que, como reporto el informe de 2008 de Invias acerca de la vía a Bogotá, esta sufrió 97 derrumbes los cuales 28 obligaron al cierre de la misma; también se cuentan en este trayecto al menos 1300 curvas peligrosas que están medianamente señalizadas.

Que hacer?

Varias soluciones se plantean desde Invias, entre las “más sonadas” se encuentra un trazado de nuevas rutas, pues según comentan “es difícil solucionar las condiciones anti técnicas de una carretera construida hace mas de 69 años” refiriéndose a la, en estado crítico, vía Manizales-Bogotá, pero afirman que de todas maneras se debe reparar la vía actual, hablando de ampliación y rehabilitación de calzada, rectificación de curvas, señalización y campañas para aminorar las cifras de accidentes en la vía.

Otras soluciones más conceptuales podrían estar entre fortalecer la montaña con muros de contención, con lo cual quedarían pavimentadas de alguna manera todas las montañas que tengan problemas de derrumbes, o la construcción de un metro o túnel subterráneo que pase entre las montañas…; lastimosamente todas estas soluciones ideales y hasta la planteada por Invias de trazar una nueva ruta, resultan inviables al menos a corto plazo, por sus altísimos costos de fabricación y por esto se vienen muchos años de sufrir más accidentes mientras resultan los recursos necesarios.

Durante este lapso desde el diseño se pueden plantear varias soluciones, unas muy ideales o conceptuales y otras más cercanas a la realidad, para esta situación en la cual el éxito está en plantear algo que puedan ser, no enfocado en cortar el problema de raíz, debido a que este es el trabajo de otras disciplinas y entidades, sino en ser soluciones más asequibles en tiempo y costos para las personas.

Ubicándonos en la terrible situación de estar en un derrumbe, figurar como peatón en un instante, y al otro ser literalmente “enterrado vivo”; imaginar la impotencia que debe sentir alguien común, que a pesar de haber sido sepultado por metros de tierra que esta húmeda generalmente, o en algunas ocasiones seca, se encuentra vivo y angustiado de tratar sin éxito de salirse de esta terrible realidad que nunca busco; o en otra escena estar vivo dentro de un automóvil con la impotencia de la incomunicación para pedir ayuda; Son escenarios trágicos que han vivido personas reales en sus últimos instantes de vida, y que tal vez con una preparación para esto y ayuda de artefactos diseñados, puede pasar a dejar de ser el último instante de la vida de alguien, a ser un momento angustiante que se supero con éxito.

Pensando en soluciones para este problema se puede hablar primero, por ser de alguna manera más fácil, de la situación de alguien que se encuentre en un automóvil, quien al menos esta protegido de cierto modo por el chasis del vehículo y este puede usarse para unir un aditamento de reforzamiento al vehículo el cual evite que el chasis colapse sobre las personas adentro, dando de esta manera tiempo al equipo de rescate.

Otra solución planteada por ecologistas e ingenieros es la siembra en curvas de igual nivel, o sea siguiendo las curvas naturales del terreno, horizontales a través de la pendiente, lo que hace que se proteja y se cubra el suelo de aluviales con piedras grandes y aplastantes como las que caen en la vía a Medellín.

Siendo más ideales se pensaría en aditamentos para automóviles que tengan la capacidad de, como un taladro manual, realizar una perforación a tierra y rocas, dando así paso al vehículo entre la tierra.

Sería un aporte grande a la ciudad de Manizales, que tiene las puertas abiertas, pero las entradas cerradas, y tal vez a muchas otras ciudades que sufran de la misma situación natural, solucionar este punto que la margina en alguna medida de más concurrencia de turistas en algunas temporadas, e inversionistas que tratan de evitar la ciudad pues las vías ponen en peligro sus productos.

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